Cetaganda (на испанском)
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Aparentemente, seguнa sin pasar nada… retrasos en la organizaciуn, supuso Miles. Se alejу de Ivбn y Vorob'yev en busca de un trago caliente. Estaba a punto de coger algo que emitнa vapor y que, segъn esperaba, no producirнa efectos demasiado sedantes. Justo cuando extendнa la mano hacia una bandeja que, pasaba, una voz tranquila entonу junto a йl:
— Lord Vorkosigan?
Miles se volviу y casi dejу escapar un suspiro. Un… una… mujer… no, un hombre… de baja estatura y rasgos andrуginos y ancianos. Estaba de pie a su lado, ataviado con la ropa gris y blanca del personal de servicio de Xanadъ. Tenнa la cabeza calva como un huevo y era completamente lampiсo. Ni siquiera tenнa cejas.
— Sн… seсor… seсora?
— Ba — dijo aquella persona, en el tono de quien corrige con amabilidad el error de un ignorante-. Una dama desea hablar con usted. Me acompaсarнa, por favor?
— Ah… claro, claro.
Su guнa empezу a caminar sin hacer ruido y
Salieron del vestнbulo. Cuando perdiу de vista a Vorob'yev e Ivбn, Miles se puso aъn mбs nervioso. Siguiу a su guнa, que se deslizу por una serie de corredores y atravesу un jardнn lleno de musgo y pequeсas flores cubiertas de rocнo. Los ruidos del vestнbulo de recepciуn llegaban todavнa hasta ellos en el aire hъmedo. Entraron en un pequeсo edificio, abierto hacia el jardнn a los dos lados, con un suelo de madera negra que hacнa sonar las botas de Miles con el ritmo irregular que correspondнa a su cojera. En un rincуn oscuro del pabellуn flotaba una esfera color perla del tamaсo de una persona, quieta, unos pocos centнmetros por encima del suelo encerado que reflejaba el halo invertido de la luz interior del aparato.
— Dйjanos solos — dijo una voz desde el interior de la esfera y Miles vio que su guнa se inclinaba y se retiraba con los ojos bajos. La transmisiуn de la voz a travйs de la pantalla de fuerza le daba un timbre plano, monуtono.
El silencio se prolongу. Tal vez la mujer de la burbuja nunca habнa visto a nadie tan imperfecto fнsicamente hablando. Miles se inclinу y esperу, tratando de parecer tranquilo y cуmodo, en lugar de impresionado y sacudido por una curiosidad impresionante.
— Bueno, lord Vorkosigan — dijo la voz otra vez-. Aquн estoy.
— S… sн, cierto — dudу Miles-. Y quiйn es usted, milady, aparte de una hermosнsima pompa de jabуn?
Hubo una pausa mбs larga.
— Soy la haut Rian Degtiar. Sirvo a la Seсora Celestial y soy Doncella del Criadero Estrella.
Otro rimbombante hautнtulo que no daba muchas pistas sobre las funciones de quien lo llevaba. Miles era capaz de nombrar a cada uno de los ghemlores. del generalato de Cetaganda, a todos los gobernadores de satrapнas y sus ghemoficiales, pero ese hautнtulo era nuevo para йl. Lo que sн conocнa era el nombre de la Seсora Celestial, una manera cortйs de llamar a la emperatriz muerta haut Lisbet Degtiar…
— Es usted pariente de la fallecida emperatriz viuda, milady?
— Soy su constelaciуn genуmica, sн. Nos separan tres generaciones. La he servido la mitad de mi vida.
Una dama de compaснa, sн. De la corte de la vieja emperatriz, la corte personal, el mбs cerrado de los mundos interiores. Un rango muy alto. Probablemente tambiйn era muy anciana.
— Alн… no estarб usted emparentada con un ghemlord llamado Yenaro, por casualidad?
— Quiйn? — Incluso a travйs de la pantalla de fuerza, la voz transmitнa una ignorancia y una sorpresa completas.
— No tiene importancia. Es obvio que no tiene importancia. — Las piernas de Miles empezaban a latirle intensamente. Cuando tuviera que sacarse las botas serнa mбs difнcil que cuando se las habнa puesto. No pude evitar mirar a su… criada, la dama que la sirve. Hay mucha gente sin pelo por aquн?
— No es una mujer. Es ba.
— Ba?
— Los neutrales, los altos sirvientes del emperador. En la
Ah. Ingenierнa genйtica: criados sin sexo. Habнa oнdo rumores sobre ellos: paradуjicamente, eran rumores sobre historias sexuales mбs relacionadas con las esperanzas y fantasнas del narrador que con una realidad probable. Pero se suponнa que eran una raza totalmente fiel al lord que los habнa creado. Creado… literalmente.
— Entonces, todos los ba carecen de pelo, pero no todas las personas lampiсas son ba. Es asн?
— Sн… — Mбs silencio-. Por quй ha venido al jardнn Celestial, lord Vorkosigan?
La ceja de Miles se torciу un poco.
— Para representar el honor de Barrayar en este cir… ehmmm… acto solemne y para traer un regalo de despedida a la fallecida emperatriz. Soy un enviado. Vengo por orden del emperador Gregor Vorbarra, a quien sirvo. A mi manera… insignificante, claro.
Otra pausa. Larga.
— Usted se burla de mн en mi desgracia.
— Quй?
— Quй quiere usted, lord Vorkosigan?
— Cуmo dice? Usted me ha mandado llamar, milady, no le parece que la pregunta no viene al caso? — Miles se frotу el cuello, y lo intentу de nuevo-. Puedo ayudarla de alguna forma…? Es eso lo que usted quiere oнr?
— Ayudarme? Usted?
A Miles le ofendiу el tono sorprendido, casi indignado.
— ЎSн, yo, yo! No soy tan… — incompetente como parezco-. En mi planeta soy famoso por haber conseguido alguna que otra cosita… Pero si usted no me da alguna pista del tema en cuestiуn, no puedo hacer nada. Puedo intentar ayudarle, pero no si no entiendo… Comprende? — Ahora se habнa confundido todo-. Mire, por quй no empezamos de nuevo esta conversaciуn? — Se inclinу hasta el suelo-. Buenos dнas, soy lord Miles Vorkosigan de Barrayar. En quй puedo ayudarle, milady?
— ЎLadrуn!
Por fin se hacнa la luz.
— Ah… Ah, no. Me llamo Vorkosigan y le aseguro que no soy ningъn ladrуn, seсora. Mбs bien puede considerarme receptor de propiedad robada y por lo tanto, en todo caso, un perista… — aceptу en tono juicioso.
Mбs silencio sorprendido. Tal vez ella no conocнa la jerga criminal. Miles siguiу hablando con algo parecido a la desesperaciуn:
— Por casualidad ha perdido usted un objeto? En forma de cilindro? Un aparato electrуnico con la imagen de un ave en la tapa?