Cetaganda (на испанском)
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— P-p-picana… No es-es… nada.
— Bien — dijo Ivan y lo levantу tirбndole del uniforme.
Miles colgу un momento, temblando y retorciйndose como un pez en un anzuelo, hasta que recuperу un equilibrio inestable. Se apoyу en Ivan porque no podнa sostenerse por sн mismo. Su primo le puso una mano bajo el codo para ayudarlo. No hizo comentarios.
El coronel Vorreedi mirу a Miles de arriba abajo:
— Voy a dejar que el embajador presente la protesta correspondiente por este tratamiento, teniente. — La expresiуn distante del coronel sugerнa que en realidad pensaba que el hombre de la picana se habнa quedado corto con sus agresiones-. Vorob'yev va a necesitar toda la municiуn disponible. Creo que usted ha creado el incidente diplomбtico mбs extraordinario de toda su carrera diplomбtica.
— Ah, coronel — suspirу Miles-, pre-predigo que no tras-trascenderб nada de este incidente. Espere y ve-verб.
El ghemcoronel Benin estaba inclinбndose frente a las haut Pel y Nadina en el otro extremo de la habitaciуn mientras les ofrecнa sillas-flotantes, pantallas de fuerza, ropas y asistentes ghemladies. Arrestбndolas en el estilo en que estaban acostumbradas?
Miles dirigiу una mirada a Vorreedi.
— Ivan le… le ha contado algo, seсor?
— Eso espero — dijo Vorreedi con una voz cargada de amenazas.
Ivan asintiу. Pero despuйs de un momento agregу:
— Mmm… lo que pude… Teniendo en cuenta las circunstancias.
Es decir, con los espнas cetagandanos dando vuelta alrededor, supuso Miles. Todo, Ivan? Lo mнo todavнa estб intacto?
— Admito que sigo sin poder asimilarlo del todo… — dijo Vorreedi.
— Q-quй pasу c-cuando me fui del Criadero Estrella? — le preguntу Miles a Ivan.
— Me despertй y no estabas. Creo que fue el peor momento de mi vida… sabнa que te habнas ido en alguna de esas misiones locas que tanto te gustan, sin
— Ah, pero tъ eras mi apoyo, tъ has sido mi retaguardia, Ivan — murmurу Miles y se ganу una mirada furiosa-. Una retaguardia muy competente, como acabas de demostrar…
— Sн, una retaguardia en tu estilo favorito… inconsciente en el suelo, sin posibilidad de poner algo de sentido comъn en los procedimientos. Viniste a que te mataran o algo peor, y todo el mundo me hubiera echado la culpa a mн. Lo ъltimo que me dijo tнa Cordelia cuando salimos de Barrayar fue: «Y trata de que no se meta en lнos, lo harбs, Ivan?"
Miles oнa con toda precisiуn las cadencias cansadas e irritables de la condesa Vorkosigan en la parodia de Ivan.
— Y… bueno, en cuanto comprendн lo que estaba pasando, me escapй de las hautladies…
— Cуmo…?
— Por Dios, Miles, son como mamб multiplicada por ocho. ЎAj! Y la haut Rian insistiу en que fuera a ver al ghemcoronel Benin, cosa que yo pensaba hacer de todos modos… Йl sн que tiene la cabeza en su sitio… — Benin caminу despacio hacia el grupo, posiblemente atraнdo por el sonido de su nombre en labios de Ivan-. Me escuchу, por suerte. Yo dirнa que entendнa mejor que yo todas las tonterнas que le soltй.
Benin asintiу.
— Es que yo estaba monitoreando las actividades inusuales que se detectaban alrededor del Criadero Estrella… — Alrededor, no dentro. Por supuesto-. Mis investigaciones me habнan hecho sospechar que pasaba algo con uno o varios de los hautgobernadores, asн que habнa preparado algunos escuadrones y los tenнa en
— Vamos, ghemcoronel, escuadrones… _ironizу Ivan-. Hay tres naves imperiales de guerra ahн afuera.
Benin sonriу levemente y se encogiу de hombros.
— El ghemgeneral Chi-Chilian no sabe nada, creo yo — interrumpiу Miles-. Pero tal vez u-usted qui-quiera interrogarlo sobre las actividades de su esposa, la haut Vio.
— Ya lo hemos detenido — le asegurу Benin.
Detenido, no arrestado. De acuerdo. Benin parecнa estar al corriente por ahora. Pero se habrнa dado cuenta de que todos los gobernadores estaban en el asunto? O habнa elegido a Kety como ъnico chivo expiatorio? Asunto interno de Cetaganda, se recordу Miles. No era trabajo suyo enderezar el gobierno cetagandano aunque la idea le resultara tentadora. Su deber se limitaba a sacar a Barrayar del atolladero. Sonriу mirando la burbuja blanca que protegнa a la Gran Llave.
Nadina y Pel consultaban a un grupo de hombres de Benin; en lugar de tratar de bajar la pantalla de fuerza, estaban haciendo arreglos para transportar la silla y su precioso contenido hasta el Criadero Estrella.
Vorreedi mirу a Miles con amargura.
— Una cosa que lord Vorpatril no me explicу satisfactoriamente, teniente Vorkosigan, es la razуn por la que usted no nos contу el incidente inicial a pesar de la importancia del objeto que habнa caнdo en sus manos…
— Kety estaba tratando de involucrar a Barrayar, seсor. Necesitaba pruebas para demostrar que…
Vorreedi fue inexorable.
— Sus razones personales, seсor…
— Ah. — Miles pensу en fingir que aъn seguнa afectado por el daсo de la picana y quedarse sin habla. No, lбstima… Lo cierto era que sus motivos personales eran oscuros incluso para йl. Por quй habнa querido hacerlo? Por quй querнa estar al mando antes de que la complejidad de los hechos hubiera convertido a la supervivencia en el asunto prioritario? Ah, sн… un puesto en una nave. Era eso.
Esta vez no, muchacho. Frases antiguas pero evocativas como control del daсo le pasaron por la cabeza.
— En realidad, seсor, al principio no sabнa que se trataba de la Gran Llave. No la reconocн. Pero cuando la haut Rian se puso en contacto conmigo, los hechos pasaron con suma rapidez de lo aparentemente trivial a lo extremadamente delicado. Cuando me di cuenta de la profundidad y la complejidad del complot del hautgobernador, ya era demasiado tarde.
— Demasiado tarde para quй? — preguntу Vorreedi con brusquedad.
Miles no necesitу fingir una sonrisa enferma: aъn tenнa todo el cuerpo dolorido.