Учить испанский – это сказочно
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A la zorra le gustaba mucho el queso y era muy astuta. As'i que le dijo:
– !Qu'e p'ajaro tan bonito eres, cuervo! !Con tus plumas tan brillantes y negras, tu pico tan afilado y tus ojos tan redondos!
Al cuervo le encantaron estos halagos. Con la cabeza muy erguida, se fue hinchando como un globo y comenz'o a moverse por las ramas esperando recibir nuevos cumplidos. Y as'i fue. El cuervo escuchaba atentamente y disfrutaba de los lindos piropos que le dec'ia el zorro.
– !Vaya! – Pens'o – Nunca me hab'ian dicho cosas tan bonitas !Qu'e zorra m'as simp'atica!
La zorra continu'o con los halagos.
– Un p'ajaro tan bonito como t'u debe tener una voz maravillosa – le dijo la zorra astutamente-. ?Quieres cantar para m'i? Me encantar'ia escuchar tu canto.
Al escuchar esto, el cuervo sac'o pecho, abri'o el pico y lanz'o un fuerte graznido. El pedazo de queso se le cay'o de la boca, y fue a parar a las fauces de la zorra, que estaba debajo esperando este momento.
– Gracias, querido – exclam'o-. Ahora ya sabes cu'al es el precio de la vanidad. Y sin parar de re'ir se zamp'o el queso.
Moraleja: esta f'abula nos ense~na que hay que tener cuidado con las personas que nos adulan y nos hacen demasiados halagos sin motivo, porque a lo mejor s'olo pretenden enga~narnos y conseguir algo de nosotros.
2. El burro flautista
Un d'ia de primavera un burro estaba paseando por un prado, cuando de repente vio un objeto que brillaba entre la hierba.
– ?Qu'e ser'a? – Se pregunt'o – el burro- ?Ser'a un palo? ?Ser'a una serpiente?
El borrico se acerc'o dando brincos y con mucha curiosidad y descubri'o que era una flauta.
– Seguro que la ha olvidado alg'un pastor – pens'o el burro-!Siempre he querido tener una flauta! !Qu'e suerte! Pero… ?C'omo tocar'e la flauta? Nunca he ido a clase de m'usica. Bueno… seguro que no es tan dif'icil.
El borrico acerc'o su hocico a la flauta y sin querer dio un resoplido. Al entrar el aire en la flauta produjo un sonido por casualidad y aunque lo que son'o fue un ruido al burro le pareci'o un sonido dulce y melodioso.
– Oh-rebuzno el burro- !Qu'e bien s'e tocar! Desde ahora nadie podr'a decir que no le gusta el sonido asnal porque he demostrado que es musical. Y luego dicen que los asnos somos ignorantes.
El pobre burro no se dio cuenta de que la flauta hab'ia sonado por casualidad.
Moraleja: esta f'abula nos ense~na que todos, algunas veces, hacemos las cosas bien por causalidad, pero que lo importante es intentar aprender lo que deseamos trabajando con inter'es y pasi'on.
3. El tigre y el grillo
Hab'ia una vez un tigre que iba caminando por la selva, de repente escuch'o un fuerte chillido, entonces mir'o alrededor para ver de d'onde proven'ia ese ruido y descubri'o un grillo que estaba enfadado porque el tigre hab'ia destruido su casa.
– ?Por qu'e destruyes mi casa? Quiero que me construyas una casa nueva- dijo el grillo.
El tigre confiado en su tama~no y en su poder se burl'o del saltamontes.
– ?Qu'e casa? Yo no veo nada. ?Y si no quiero construirla, qu'e me vas a hacer, peque~no insecto? – a~nadi'o ri'endose.
– No te burles de m'i, era mi casa y viv'ia muy feliz en ella. Voy a hacerte mucho da~no – dijo el grillito -
– ?T'u a m'i, animal insignificante? – gru~n'o el tigre.
Esa reacci'on molest'o mucho al grillo y desaf'io al tigre a una pelea.
– ?Qu'e te parece si luchamos los de tu especie contra los de la m'ia? Si gano la batalla me construyes mi casa – propuso el valiente grillo.
– Perfecto- respondi'o el tigre con aires de superioridad-, nos vemos ma~nana a las once de la ma~nana en la orilla del r'io.
– Ah'i estaremos-dijo el grillo.
Cada animal llam'o a sus amigos. El tigre agrup'o a toda clase de animales feroces, como el le'on, el coyote y el jabal'i, mientras que el grillo reuni'o avispas, abejas, mosquitos y abejorros para pelear a su lado.
Al d'ia siguiente el tigre apareci'o con todo su ej'ercito.
– Eres un pobre bicho, un fanfarr'on. ?D'onde est'a tu ej'ercito que no lo veo? Yo sin embargo estoy rodeado de los animales m'as temidos de la tierra – chill'o el tigre.
Entonces el grillo grito: !Adelante! Piquen a estos animales en los ojos y en las colas. De la nada salieron miles y miles de insectos que empezaron a atacar a las fieras. En un santiam'en todo el ej'ercito del tigre empez'o a huir gritando de dolor.
El grillo feliz por su triunfo elogi'o a su ej'ercito, tan peque~no pero tan valiente y numeroso.
El tigre se qued'o s'olo y triste, quej'andose de las picaduras, con el orgullo herido, pensando c'omo pod'ian haberlo derrotado animales tan peque~nos… y no tuvo m'as remedio que cumplir con su palabra y construirle una nueva casa al grillo.
Moraleja: esta f'abula nos ense~na que no hay que dejarse llevar por las apariencias. La victoria no siempre es para el m'as fuerte.