Cetaganda (на испанском)
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— Mmmm… no estoy seguro de que estйn pegados — dijo Miles-. Espera, no creo que…
Tratar de impedir que Ivan rescatara un gatito de un бrbol era tan imposible como tratar de evitar que soltara un piropo ante una mujer bonita. Para йl era como un acto reflejo. Por el brillo que veнa en sus ojos, era evidente que estaba decidido a liberar a todas las pequeсas vнctimas para que despuйs jugaran con las rosas trepadoras.
Ivan arrancу la fruta de la rama. El gatito emitiу un gemido, tuvo una convulsiуn y quedу inmуvil.
— Gatito, gatito… — susurrу Ivan, asustado, con los labios junto a la mano donde sostenнa la fruta como en una copa. Un alarmante hilillo de lнquido rojo corrнa por la muсeca del salvador desde el tallo roto.
Miles colocу las hojas en forma de corazуn alrededor del…
— … No creo que estйn maduros, Ivan…
— ЎEso es horrible, horrible! — jadeу Ivan furioso, pero no lo dijo en voz muy alta. Por consentimiento mutuo y sin mediar palabra, se alejaron silenciosamente del бrbol gato y doblaron otra curva. Ivan mirу frenйtico a su alrededor, buscando un lugar para dejar el pequeсo cadбver y poner distancia entre йl y su pecado-. ЎGrotesco!
Miles contestу, pensativo:
— Ah, no estoy seguro. Si te paras a pensarlo, no es mбs grotesco que el mйtodo primitivo. Quiero decir, alguna vez has visto una gata dando a luz?
Ivan se cubriу una mano con la otra y lo mirу, furioso. El oficial de protocolo estudiу el horror de lord Vorpatril con una mezcla de exasperaciуn y simpatнa. Miles pensу que si Vorreedi hubiera conocido a Ivan a fondo, la proporciуn entre la primera emociуn y la segunda habrнa sido distinta, pero Vorreedi se limitу a decir:
— Milord… desea usted que yo me encargue de eso… discretamente?
— Ah, sн, sн, por favor — dijo Ivan, muy aliviado-. Si no es molestia… — Puso la vaina inerte sobre la mano del oficial de protocolo, que la escondiу dentro de un paсuelo y se la guardу en el bolsillo.
— Quйdense aquн. Enseguida vuelvo — dijo y se alejу a destruir la evidencia del crimen.
— Excelente, Ivan — gruсу Miles-. Espero que a partir de ahora mantengas las manos en los bolsillos.
Ivan se limpiу la sustancia pegajosa que le cubrнa la palma con el paсuelo, escupiу sobre la mano y volviу a sacudirla. Fuera, fuera, mancha maldita…
— No empieces a hacer ruiditos como mi madre. No ha sido culpa mнa… Las cosas eran un poco mбs complicadas de lo que yo suponнa. — Ivan se metiу el paсuelo en el bolsillo y mirу a su alrededor, con el ceсo fruncido-. Todo esto no me gusta nada. Quiero volver a la embajada.
— Tienes que quedarte hasta que yo me encuentre con mi contacto.
— Y cuбndo piensas que…?
— Pronto, creo yo.
Caminaron juntos, despacio, hasta el final del pasillo donde otro pequeсo balcуn ofrecнa una vista de la siguiente secciуn.
— Mierda — dijo Ivan.
— Quй? — preguntу Miles, rastreando con la mirada. Se estirу de puntillas pero no consiguiу ver el lugar que habнa suscitado la protesta de su primo.
— Nuestro amiguito Yenaro estб aquн. Dos niveles mбs abajo, hablando con unas mujeres…
— Podrнa… podrнa ser una simple coincidencia. Este lugar estб lleno de ghemlores: esta tarde entregan los premios. Un galardуn en esta, competiciуn implica un honor para el clan y naturalmente los hombres quieren estar presentes. Este tipo de… cosa artнstica seguramente les gusta mucho, estб dentro de sus fantasнas, supongo.
Ivan levantу la ceja.
— Quieres apostar?
— No.
Ivan suspirу.
— No creo que haya forma de tomar la iniciativa.
— No sй. Pero mantйn los ojos bien abiertos…
— Claro.
Miraron a su alrededor. Una ghemlady madura y digna se les acercaba por el sendero. Dirigiу a Miles un gesto de reconocimiento casi amistoso. Abriу la palma de la mano y le mostrу un pesado anillo con el dibujo del pбjaro en filigrana. Estaba lleno de cуdigos complejos.
— Ahora? — preguntу Miles con tranquilidad.
— No. — Su voz bien modulada tenнa un tono agudo, pero no chillуn—. Dentro de media hora, en la entrada oeste.
— Tal vez no pueda ser muy puntual.
— No importa. Le esperarй — dijo ella y siguiу adelante.
— Mierda — dijo Ivan, despuйs de un momento de silencio-. De verdad piensas hacerlo? Ten mucho cuidado, me oyes?
— Ah, sн.
Al parecer, el oficial de protocolo se estaba tomando todo el tiempo del mundo para encontrar la unidad de eliminaciуn de basura mбs cercana, pensу Miles. Pero justo cuando se estaba poniendo nervioso y pensaba en ir a buscarlo
— Seсores — dijo-. Ha surgido un imprevisto. Voy a tener que abandonarles por un rato. Quйdense juntos y no salgan de este edificio, por favor.
Perfecto. Tal vez,
— Quй clase de imprevisto? — preguntу Miles-. Hemos visto a Yenaro.
— El bromista? Sн. Sabemos que estб aquн. Mis analistas lo consideran mбs una molestia que un autйntico peligro. Tengo que dejarlos. Defiйndanse de йl como puedan. Pero mi hombre de perнmetro, uno de los mбs inteligentes que tengo, ha descubierto a otro individuo. Un profesional.
En ese contexto, la palabra profesional significaba asesino profesional o algo por el estilo. Miles hizo un gesto de comprensiуn. Йl tambiйn estarнa alerta.
— No sabemos por quй estб aquн — siguiу explicando Vorreedi-. He pedido refuerzos, y ya estбn en camino. Mientras tanto, nos proponemos… bueno, dejarnos caer por ahн, sorprenderlo y tener una charla…
— La pentarrбpida es ilegal aquн para los cuerpos que no pertenecen a la policнa y los imperiales… no es cierto?
— Dudo que esta persona quiera presentar una queja a las autoridades — murmurу Vorreedi, con una sonrisa levemente siniestra.