Великая Испанская революция
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El hecho de que el conflito ib'erico hubiera llegado a ser internacional cogi'o de sorpresa a la diplomacia europea. Al principio parec'ia que el asunto se resolviera r'apidamente por la victoria del revuelto o por su derrota. En vez de esto empez'o una guerra duradera, que en un grado importante fue condicionado por la intervenci'on extranjera. La actividad dipom'atica agitada alreredor de la tragedia espa~nola conduce a ciertos autores a la conclusi'on que el destino de Espa~na no se decid'ia en Madrid. Precisamente de tal impresi'on part'ian los «'arbitros de los destinos» en Londres, Par'is, Berl'in y Roma. Pero los espa~noles luchando «barajaban las cartas» a la diplomacia europea. Si los republicanos hubieran fracasado a defender Madrid, no hubieron persistido en luchar hasta 1939, «la cuesti'on espa~nola» habr'ia sido retirada del orden del d'ia muy pronto. El destino de Espa~na se decid'ia no s'olo en Madrid, pero y en Madrid tambi'en. A pesar de la opini'on de varios pol'iticos republicanos (inclu'ido al Presidente Aza~na), la guerra no era perdida desde el principio, adem'as, los leales recib'ian la ayuda oportuna de la URSS, que hasta 1938 jundo con los Brigadas Internacionales equilibr'o el factor de la intervenci'on fascista.
Por resistir al fascismo, Espa~na cambi'o la situaci'on en Europa. Provocaba tensi'on entre el gobierno conservativo ingl'es y el de Francia, ideol'ogicamente pr'oxima a la Rep'ublica del Frente Popular. No obstante, los l'ideres del Frente Popular franc'es, asustados tanto por la revoluci'on como por el fascismo, de hecho tracionaron a la Rep'ublica espa~nola. La guerra en Espa~na favoreci'o el acercamiento de Alemania y Italia, y ambos el Reino Unido y Francia estaban dispuestos a sacrificar a la Rep'ublica espa~nola para que Italia volviera a la Triple Entente. La pol'itica de pacificaci'on, cuya c'uspide fue el Tratado de Munich, fue probada primero en Espa~na en forma de as'i llamada pol'itica de no intervenci'on. Por motivos t'acticos la URSS particip'o en 'esta. Al haberse asegurado de que los fascistas no hab'ian terminado de soportar el revuelto, el gobierno sovi'etico tambi'en inici'o a prestar ayuda a la Rep'ublica. Por causas ideol'ogicas y de pol'itica exterior para la URSS era imprescindible que la Rep'ublica no fuera derrotada. La guerra espa~nola no fue s'olo la primera guerra de gran escala contra el fascismo, tambi'en distra'ia la atenci'on del Occidente, incluso de los nazis, a la destinaci'on opuesta a las fronteras sovi'eticas.
Para la marcha de los eventos en la cr'itica segunda mitad de los 30 Espa~na tambi'en ten'ia una gran relevancia como pol'igono militar y pol'itico. Espa~na di'o una experiencia militar y pol'itica inapreciable en tales cuestiones como el papel de la aviaci'on y de la artiller'ia (los tanques fueron menos efectivos), el balance del frente y la retaguardia, etc. Esta experiencia no fue considerada siempre, y en alguna parte dej'o de corresponder al momento cuando comenz'o la Segunda Guerra Mundial y sus Blitzkriege. Los expertos militares tanto de la URSS como de Francia ten'ian la posibilidad de asegurarse de que
El arranque de la guerra civil y el armamento general de los ciudadanos activos en la Rep'ublica provocaron no una simple revuelta social-politica sino una profunda revoluci'on social: cambios cualitativos del sistema de la propiedad y del poder. Colectivizaci'on (incautaci'on, socializaci'on) industrial en Espa~na, sobre todo en Catalu~na y Arag'on, produjo un sector econ'omico nuevo, diferente de una manera cualitativa tanto del capitalista como del p'ublico, en primer lugar, por un sistema desarrollado de la democracia industrial, participaci'on del obrero en adopci'on de decisiones en la empresa. La actitud negativa de la doctrina anarquista a la democracia como un sistema pluripartidista no les impidi'o a anarco-sindicalistas extenderla a la esfera de la producci'on. Apoy'andose en las estructuras de uniones obreras, los anarco-sindicalistas y socialistas de izquierda hicieron un paso pr'actico a eliminar la alienaci'on del productor de los medios de producci'on. Pero fue s'olo un paso.
En lugar de la dictadura del gerente lleg'o el poder del colectivo representado por su activo (sobre todo por los l'ideres sindicales de la estructura de CNT) e influencia casi religiosa de los lemas 'acratos, cualquiera oposici'on a cuales pod'ia ser interpretada como contrarrevoluci'on. Sin embargo, el ascendiente de la ideolog'ia compartida por una masa importante de los obreros jugaba un papel impulsor, inclu'ido en la producci'on. Anarco-sindicalistas y socialistas de izquierda lograron establecer un sistema social relativamente eficaz y democr'atico (en cuanto era posible en las condiciones de la guerra civil), basada en la democracia industrial. A pesar de una grave situaci'on econ'omica provocada por la guerra y la escisi'on del pa'is, la industria colectivizada no dej'o toda la industria desplomarse. Introducci'on del sistema de la democracia industrial garantiz'o la 'unica eficacia productiva que fuera posible en las empresas espa~nolas de la 'epoca en la situaci'on de guerra y el bloqueo econ'omico parcial. El mito de que «los anarco-sindicalistas arruinaron la producci'on» puede considerarse desmentido. Al tomar en sus manos las f'abricas, los obreros e ingenieros hicieron lo m'aximo posible. La producci'on para el esfuerzo de guerra logr'o a superar los valores de preguerra. Pero el modelo de autogesti'on y democracia industrial coordinada por sindicatos y estructuras sociales semip'ublicas no satisafac'ia a otras fuerzas pol'iticas, lo que en 1937 agrav'o la confrontaci'on en el campo republicano. La lucha contra la democracia industrial desplegada bajo el gobierno de Negr'in (1937–1939) precipit'o la ca'ida de los valores econ'omicos en comparaci'on con los tiempos de Largo Caballero.
La colectivizaci'on rural iniciada por los 'acratas se difundi'o extentamente por el territorio republicano. A diferencia de la URSS, no fue causada por presi'on del Estado a los campesinos. En algunos casos la mayor'ia de paisanos impon'ian la colectivizaci'on a la minor'ia, en algunos casos las haciendas individuales se conservaban. A vezes unos grupos de 'acratas radicales llevaban a cabo la colectivizaci'on forzada, pero CNT y los l'ideres anarco-sindicalistas se pronunciaban en contra de tales disparates. El apoyo masivo de la colectivizaci'on y su car'acter voluntario para la mayor'ia de los paisanos se ve confirmado tambi'en por el hecho de que despu'es del fracaso de los anarco-sindicalistas en su conflito con los comunistas en mayo-agosto de 1937, cuando anarquistas ya no ten'ian ni una sola posibiliad de aplicar fuerza a sus adversarios, el movimiento masivo de los colectivos agrarios continu'o y aun creci'o. En general, la colectivizaci'on produjo un buen efecto en la escala nacional. La situaci'on con alimentaciones en primavera de 1937 se mejor'o sustantivamente, las 'areas sembradas crecieron, que admit'ian hasta los adversarios de los anarquistas. Los 'exitos y fracasos de colectivos concretos depend'ian de sus l'ideres, pero en general el movimiento que elimin'o por su sola aparici'on la opresi'on tributaria, latufundismo y haciendas parciales demostr'o su viabilidad.
De septiembre de 1936 a mayo de 1937 el gobierno republicano encabezado por F. Largo Caballero, que ayudaba a los profundos cambios sociales. Desde el noviembre participaron los anarco-sindicalistas, de esta manera era el gobierno no s'olo del Frente Popular sino de una amplia coalici'on antifascista. La actividad de los ministros anarquistas ten'ia un car'acter global democr'atico y no espec'ifiamente anarquista, cabiendo en el marco del estado democr'atico. Mientras CNT quedaba en el gobiermo, los oponentes del experimento social-econ'omico anarquista no pod'ian desarrollar una ataque seria contra el sector de la democracia industrial. Apenas CNT hab'ia dejado el gobierno, esta ataque comenz'o y provoc'o la reducci'on importante de la revoluci'on social. La presencia de CNT en el gobierno era la condici'on de conservaci'on de la profundidad de la revoluci'on que fue obtenida en el oto~no de 1936. Despu'es de la integraci'on de los sindicalistas al gobierno, realizaron una pol'itica econ'omica relativamente pluralista, que se ve'ia apoyada por Largo Caballero y de hecho fue la base del rumbo social-econ'omico del gabinete en general.
Durante el gobierno de Largo Caballero la construcci'on militar de la Rep'ublica bas'o en combinaci'on de los principios de lo miliciano en el nivel de subdisisiones y lo regular en la direcci'on de las unidades. La combinaci'on citada no salv'o a la Rep'ublica de la derrota de M'alaga, pero ayud'o a defender Madrid y vencer al cuerpo de expedici'on italiano en Guadalajara. El gobierno Prieto-Negr'in inici'o a arruinar el sistema miliciano, pero no alcanz'o las victorias. El entusiasmo se apagaba, el car'acter casto de los oficiales y falta de control por parte de los 'ultimos aumentaban, lo que aceleraba la ca'ida de la capacidad de guerra del ej'ercito republicano y sus derrotas en la segunda mitad del 1937. El derrocamiento de Largo Caballero frustr'o la preparaci'on de la operaci'on en Extremadura, que pod'ia sacar el conflito de la fase posicional qu era fatal para la Rep'ublica.
Conflitos internos, m'as propios de la Rep'ublica que del r'egimen franquista, no le eran peligrosos como tales. S'olo en breves instantes amenazaban al frente, y Franco no se aprovech'o de aquellos momentos. Los conflitos de pol'itica interna afectaran al destino de Rep'ublica no tanto por su desarrollo cuanto por el resultado que tuvireron en mayo 1937.
En la primera mitad del 1937 las controversias en el campo leal aumentaban. Comunistas se opon'ian contra la revoluci'on que hab'ia estallado en Espa~na, por creer que desviaba al pa'is de la sociedad de modelo sovi'etico con que so~naban, adem'as imped'ia la victoria de la Rep'ublica. En lo 'ultimo coincid'ian con Aza~na, Prieto y Negr'in. El centro pol'itico de la Rep'ublica declinaba a la derecha, los comunistas empezaban a ser un centro de consolidaci'on de un
El 3 de mayo del 1937 PSUC y los nacionalistas catalanes provocaron conflitos armados con anarco-sindicalistas en Barcelona, que fueron declarados «un revuelto anarco-trotskista». A pesar de que las partes consiguieron un acuerdo de cesar el fuego, adversarios de CNT y POUM utilizaron los choques de 3–6 de mayo para imponer su control a Barcelona e iniciar represalias contra la oposici'on. Pero mientras el gobierno de Largo Caballero reten'ia el poder, la investigaci'on de los acontecimientos en Barcelona pod'ia comprometer a PSUC y a los comunistas en general. Por eso para los comunistas fue principal destronar a Largo Caballero quien se opon'ia a interpretar los hechos de mayo como «un revuelto anarco-trotskista». De esa manera la idea de destituir a Largo Caballero planeada por los comunistas ya en marzo lleg'o a ser una tarea directa en mayo. Con todo eso, PCE estaba dispuesto a que Largo Caballero quedara una figura formal del jefe del gobierno a condici'on de que todo el poder efectivo y sobre todo el control de las estructuras de fuerza se concentrara en las manos de los comunistas y «centristas» de PCE.