Barrayar (на испанском)
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— Y tъ. Desde un principio has participado en esto. їMi hijo te ha enviado a mi casa como espнa? їA quiйn prestas tu lealtad? їMe obedeces a mн o a йl?
En los ojos de Bothari apareciу un brillo extraсo. Su cabeza se moviу en direcciуn a Cordelia.
— A ella.
Piotr se quedу tan desconcertado que tardу varios segundos en recuperar el habla.
— Bien — le espetу al fin -. Entonces quйdate con ella. No quiero volver a ver tu horrible rostro. No vuelvas a la Residencia Vorkosigan. Esterhazy te enviarб tus cosas antes del anochecer.
Piotr se volviу y se marchу. El anciano tratу de realizar una salida grandiosa, pero el efecto perdiу fuerza cuando girу la cabeza para mirarlos antes de tomar por el pasillo.
Aral exhalу un suspiro de fatiga.
— ї Crees que esta vez hablaba en serio? — preguntу Cordelia -. Todo eso de
— Tendremos que estar en contacto por cuestiones de gobierno. Йl lo sabe. Deja que se vaya a casa y escuche el silencio un buen rato. Luego ya veremos. — Sonriу con tristeza -. Mientras vivamos, no podremos separarnos.
Cordelia pensу en el niсo cuya sangre ahora los unнa: ella a Aral, Aral a Piotr y Piotr a ella.
— Eso parece. — Mirу a Bothari, con expresiуn de disculpa -. Lo siento sargento. No sabнa que Piotr podнa despedir a un Hombre de Armas bajo juramento.
— Bueno, tйcnicamente no puede — le explicу pensativamente Aral -. Bothari acaba de ser asignado a otro sector de la casa. A ti.
— Oh. — Justo lo que siempre he querido, mi propio monstruo. ї Quй voy a hacer con el ahora?ї Guardarlo en el armario? Cordelia se frotу la nariz y luego se mirу la mano. Era la misma mano que acompaсу a la de Bothari con la espada. Una y otra vez -. Lord Miles necesitarб un guardaespaldas, їverdad?
Aral la mirу con interйs.
— Ya lo creo.
De pronto Bothari pareciу tan esperanzado que Cordelia contuvo el aliento.
— Un guardaespaldas — dijo -, y un apoyo. Nadie le harб pasar un mal rato si… si me permite ayudar, seсora.
«Me permite ayudar.» Rima con «te quiero», їno?
— Serнa… — Imposible, una locura, peligroso, irresponsable -: ideal, sargento.
Su rostro se iluminу como una antorcha.
— їPuedo empezar ahora?
— їPor quй no?
— Estarй dentro, entonces — dijo mientras se volvнa hacia la puerta del laboratorio. Cordelia se lo imaginaba, apoyado contra una pared, siempre alerta… sуlo esperaba que su malйvola presencia no pusiera tan nerviosos a los mйdicos como para dejar caer su preciosa carga.
Aral respirу hondo y la estrechу entre sus brazos.
— їVosotros los betaneses tenйis cuentos infantiles sobre el regalo de las brujas en el dнa del cumpleaсos?
— Parece que en este caso tanto las hadas buenas como las malas brillan por su ausencia, їverdad? — Se reclinу contra la tela бspera de su uniforme -. No sй si Piotr nos entregу a Bothari como una bendiciуn o una maldiciуn. Pero apuesto que mantendrб a raya a cualquier enemigo. No importa de quй enemigo se trate. Son extraсos los obsequios de nacimiento que entregamos a nuestro hijo.
Regresaron al laboratorio para escuchar atentamente la disertaciуn de los mйdicos sobre las necesidades especiales de Miles, convenir cuбles serнan los primeros tratamientos que le efectuarнan, y arroparlo bien para el viaje a casa. Era muy pequeсo, pesaba menos que un gato. Cordelia lo descubriу cuando al fin lo tuvo entre sus brazos, piel contra piel por primera vez desde que lo separaron de sus entraсas. Tuvo un momento de pбnico.
Colocadlo otra vez en la rйplica, durante unos dieciocho aсos. No sabrй quй hacer con esto… Los niсos podнan ser una bendiciуn o no, pero crearlos para despuйs defraudarles sin duda merecнa un castigo eterno. Hasta Piotr lo sabнa. Aral les abriу la puerta.
Bienvenido a Barrayar, hijo mнo. Aquн estбs: tendrбs un mundo de riqueza y pobreza, de cambios profundos y de historia arraigada. Tendrбs un nacimiento y un nombre. Miles significa
EPНLOGO
Vorkosigan Surleau, cinco aсos despuйs
— Maldito seas, Vaagen — dijo Cordelia, jadeante -, no me advertiste que el pequeсo bribуn iba a ser hiperactivo.
Corriу escaleras abajo, atravesу la cocina y saliу a la terraza en el extremo de la residencia de piedra. Su mirada se deslizу por el jardнn, entre los бrboles, y escudriсу el gran lago que brillaba bajo el sol del verano. Ningъn movimiento.
Vestido con el pantalуn de su viejo uniforme y una camisa desteсida, Aral se acercу por un lado de la casa, la vio y abriу las manos en un gesto negativo.
— No estб por aquн.
— Tampoco estб dentro. їHabrб subido… o bajado? їY dуnde estб la pequeсa Elena? Seguro que se han ido juntos. Le prohibн que se acercara al lago sin un adulto, pero no sй…
— No creo que hayan ido al lago — dijo Aral -. Han estado nadando toda la maсana. Yo me he cansado de sуlo mirarlos. En un cuarto de hora, subiу al muelle y volviу a saltar diecinueve veces. Si multiplicas eso por tres horas…
— Entonces, arriba — decidiу Cordelia -. Giraron y juntos comenzaron a subir la colina por el sendero bordeado de plantas nativas, importadas de la Tierra, y flores exуticas -. Pensar que recй… — jadeу Cordelia — para que llegase el dнa en que lo viera caminar.
— Son cinco aсos de movimientos contenidos puestos en libertad — analizу Aral -. En cierto sentido, resulta un alivio comprobar que toda esa frustraciуn no se convirtiу en resentimiento. Por un tiempo temн que asн fuese.
— Sн. їHas notado que desde la ъltima operaciуn ya no parlotea constantemente? Al principio me alegrй, їpero tъ crees que llegarб a volverse mudo? Yo ni siquiera sabнa que esa unidad de refrigeraciуn podнa partirse en dos. Un ingeniero mudo.
— Supongo que… con el tiempo sus aptitudes verbales y mecбnicas alcanzarбn un equilibrio. Si sobrevive.