DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS
Шрифт:
A mediados de los ochenta se suspendieron las patentes a los merolicos, se suspendi'o tambi'en el Mercado Agropecuario y muchas gentes comentaban que se iba a implantar otra vez la Ley contra la Vagancia. Entrabamos en lo que se llam'o Proceso de Rectificaci'on de errores y tendencias negativas. Se hicieron famosas las operaciones policiales contra los acaparadores e intermediarios, de esa fecha fueron los casos de Pitirre en el alambre y otros de gran connotaci'on p'ublica.
Supuse y supuse bien que todo aquello no era sino otra fiebre m'as y decid'i permanecer tranquilito. Muchos de mis socios se pusieron enseguida a conseguir una pega cualquiera que les protegiera las espaldas. Yo no, lo que hice fue disminuir mis operaciones y en consecuencia mis gastos tambi'en porque en realidad nadie sab'ia cu'anto iba a durar aquella situaci'on.
Como trapichar en la calle se volv'ia cada vez m'as peligroso y menos beneficioso ide'e un negocito f'acil y que llamaba poco la atenci'on. Compr'e un motorcito el'ectrico, lo mont'e en una tabla mediana y le puse una piedra de amolar. La pr'actica y habilidad como amolador la adquir'i despu'es de joder unos cuantos cuchillos y tijeras de mis vecinos de albergue, a los que por supuesto no les cobr'e el servicio. Cuando me sent'i capaz y seguro lo ech'e todo en un bolso viejo y sal'i a la calle, por l'ogica, debido a las prohibiciones no me anunciaba, pero iba tocando puerta a puerta anunciando mis servicios. Por regla general en todas las casas hay siempre unas tijeras, machete o cuchillo que amolar, as'i que aunque el promedio de los que aceptaran mi oferta fuera de cuatro a uno, cuando llevaba visitadas sesenta o setenta casas lograda una buena clientela. Por los machetes cobraba tres pesos, dos por las tijeras y uno por los cuchillos. Tuve d'ias de hacer hasta cincuenta pesos, era un negocio totalmente rentable, pues consum'ia la electricidad de los propios clientes y el trabajo lo realizaba dentro de las viviendas, lejos de las miradas de curiosos y chivatos. De esta manera sencilla pude hacer crecer de nuevo mi cuenta. As'i me mantuve casi dos a~nos y no me aburr'ia porque daba buenos dividendos y adem'as porque trabajaba cuando me parec'ia. Yo no s'e c'omo hay tanta gente, la mayor'ia, que soportan el castigo del trabajo diario, con un horario estricto y unos sueldos rid'iculos, aguantando los caprichos de jefes ven'aticos y sobre todo teni'endose que fajar a diario con las guaguas.
Конец ознакомительного фрагмента.