Чтение онлайн

на главную - закладки

Жанры

DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS
Шрифт:

Llegu'e a la casa y corr'i al espejo. Frente amplia, nariz cl'asica, labios finos, ojos algo rasgados, unos peque~nos baches del acn'e juvenil en la mejilla derecha y la sonrisa medio ladeada. Volv'i a sonre'ir !Ah'i estaba la clave!, mi sonrisa era como la de Silvio y mis ojos un tanto parecidos y la boca con cierta similitud, pero algo no encajaba. Me mir'e a fondo y lo descubr'i, mi cabello era entonces abundante y rizado, me faltaban adem'as el bigote y la perita que el socio usaba en ese tiempo.

Esa misma noche comenc'e a dormir con un gorro hecho de una panty que le rob'e a mi abuela y al cabo de una semana gracias a la vaselina y la paciencia ya mi pelo ced'ia d'ocilmente ante los dientes del peine. Comenc'e tambi'en a afeitarme todos los d'ias para que se fortalecieran los vellos y brotara un mostacho saludable, esto me tom'o m'as tiempo, pero en tres meses ya luc'ia un bigotico y un chivo que de verdad me asemejaban bastante con el poeta trovador. Por supuesto que sin p'erdida de tiempo me dediqu'e a aprender notas y rasgueos de guitarra con mi primo Alfredo, el hu'erfano, a quien siempre le hab'ia rechazado el ofrecimiento que me hab'ia hecho de ense~narme a tocarla. Fue tanta la pasi'on y empe~no que en esto puse que en poco tiempo ya dominaba el instrumento y plagiaba bastante bien algunos temas como “El elegido”, “Ojal'a”, “La maza” y “Hoy no quiero estar lejos de la casa y del 'arbol”.

Con lo que m'as trabajo pas'e para lograr mi transformaci'on fue, incre'iblemente, con la ropa. En aquella 'epoca conseguir un jean azul, bueno de verdad era m'as dif'icil que hacer g'argaras bocabajo, aparte de lo car'isimo que resultaba, as'i que a trav'es de ma~nas y mara~nas logr'e hacerme de uno, ya viejo y deste~nido, pero con tremenda onda. Para obtenerlo tuve que arrancarme de un tir'on de un pedazo de mi infancia. Cambi'e mi magn'ifica colecci'on de postalitas del Zorro Vengador, que llegaban a ciento cuatro y una bolsa repleta de bolas de cristal, m'as de trescientas, por un Lee leg'itimo a Pan con Nalga, un gordito de once a~nos, pero que ten'ia mi complexi'on, hijo de un venturoso marinero. Dije venturoso marinero, no confundir con marino aventurero.

Con el apoyo y el aliento del profesor de guitarra, que incluso me la prest'o gustoso, sal'i con mi nueva apariencia a las calles del pueblo. De mi casa al centro de la ciudad hay unos tres kil'ometros que decid'i hacer caminando, al principio el nerviosismo me com'ia por una pata, pero a medida que avanzaba y ve'ia a la gente detenerse o voltear la cabeza para mirarme me fui envalentonando y a no pocos repart'i docenas de mi sonrisa torcida. Me quedaba la duda, por la cercan'ia al hogar, de que la gente del barrio me reconociera a pesar de mi nueva apariencia y de que me miraran as'i sorprendidos por mi indumentaria, pero cuando me fui adentrando en otros barrios y la gente all'i tambi'en me miraba absorta perd'i totalmente el miedo y apenas si hab'ia andado una nueva cuadra a partir de aquella reflexi'on cuando mi intuici'on se corrobor'o. Una jovencita, gorda y pecosa, me grit'o desde su balc'on, !Silvio, aqu'i tambi'en te queremos! La mir'e, sonre'i y con estudiado gesto, para que pareciera natural, la salud'e con la mano. Realmente no s'e la cantidad de ligues que hice con mi nueva estampa, muchas hubo que jam'as supieron que estaban en brazos de un impostor.

Cuando en el pueblo ya era famoso por mis conquistas, y estas a causa de los chismes y la envidia comenzaron a disminuir, fue que inici'e mi primera gira. Para entonces hab'ia logrado hacerme de mi propia guitarra y adem'as abandonado los estudios de Ingenier'ia El'ectrica en el segundo a~no de universidad. Mam'a, siempre tan ocupada trabajando en la calle, me consideraba un loco incorregible; abuela continuaba mim'andome solidaria y Alfredo y Carlos en cierta medida me apoyaban financieramente, conscientes de que me deb'ian, bueno en realidad a Silvio, las novias que ellos tambi'en poseyeron y pose'ian.

La tendencia natural de los guajiros en cualquier parte del mundo cuando el terru~no les queda estrecho es viajar a la capital y yo por supuesto no iba a ser la excepci'on de la regla. La Habana era mi objetivo inmediato, el luminoso destino que a m'i mismo me hab'ia prometido, pero, siempre hay un pero, con la escasez de fondos que me asolaba no pod'ia hacer el viaje como Dios y las buenas costumbres mandan: en 'omnibus. Unos Hino japoneses, apodados Colmillo Blanco por las g'elidas temperaturas de sus acondicionadores de aire y mil veces preferibles a los siempre quejumbrosos, lentos y retrasados trenes. Tom'e pues la desvencijada mochila, la atiborr'e con casi todo mi ajuar y con ella a la espalda y la guitarra en bandolera sal'i rumbo a la carretera Central con la esperanza de que en un par de d'ias, con buena suerte, me encontrar'ia paseando mi estampa y mi humanidad por el malec'on habanero.

Sin embargo, despu'es de la primera hora que pas'e a pleno sol esperando por alg'un carro salvador que me recogiera, la sed comenz'o a anidar en mi junto con el nerviosismo y la incertidumbre por el futuro que me esperaba, y luego de hacer c'alculos y m'as c'alculos me dije que La Habana a'un me quedaba grande. Adem'as era la ciudad del verdadero Silvio, ?qu'e pasar'ia si un d'ia nos tropez'abamos, o si alguien denunciaba mi usurpaci'on de personalidad?, as'i que despu'es de un largo titubeo cruc'e para el otro lado de la carretera y comenc'e a pedir botella en sentido contrario. Era evidente que la suerte me acompa~nar'ia, pues apenas si hab'ia hecho un par de se~nales cuando un flamante auto ocupado por turistas espa~noles se detuvo a mi lado.

_ ?Me adelantan un poco, por favor?_ les ped'i con voz melosa.

_ ?Pero usted…?

_ ?Yo qu'e…?_ pregunt'e a mi vez, temeroso.

_ ?Usted no es…?

_S'i, yo mismo_ me decid'i a tomar la iniciativa _, pero, ?me dan el avent'on o no?

Yo sab'ia que en Espa~na se dice avent'on, si les llego a pedir una botella quiz'as me hubieran tomado por un alcoh'olico empedernido y ambulante y hubieran salido de all'i chillando gomas. Fue un viaje id'ilico: aire acondicionado, m'usica, numerosas paradas en cafeter'ias y restaurantes para merendar y en definitiva me queda la tranquilidad de esp'iritu de que con mi boca nunca les ment'i, porque en realidad nunca les dije que fuera Silvio, ellos lo asumieron por s'i mismos. S'olo les ment'i un poquito, es verdad, al manifestarles que mi coche se hab'ia averiado. La aver'ia era falsa por supuesto…y del coche ni hablar.

Eran una linda y cr'edula pareja, Irene y Jos'e, ella de Murcia, 'el de Alicante. Durante un tiempo prolongado mantuvieron correspondencia conmigo, incluso tuve que invertir algunos pesitos y mandarles varios discos de “mi autor'ia”, autografiados y todo. En definitiva hasta Santiago no paramos, para all'a iban y decid'i que esa era mi opci'on mejor, si no era la capital, al menos la segunda ciudad en importancia.

Me desped'i de ellos con pesar, no pude hacerles creer que no iba a aquella ciudad a hacer un concierto, dec'ian que se quedar'ian con las ganas de verme actuar. Los pobres, no sab'ian que estaba actuando para ellos desde el mismo momento en que me recogieron, pero bueno, en realidad me consuela saber que ambas partes salimos beneficiadas de aquel encuentro fortuito.

Ya en plena ciudad decid'i aventurarme por el Parque C'espedes para probar credenciales y tambi'en all'i impact'e: miradas de asombro, sonrisas, saludos y mucho, abundante calor humano; bueno, humano y ambiental porque Santiago es la candela. El asfalto parec'ia hervir, por suerte debajo de los laureles la brisa se sent'ia fresca y un gran alivio experiment'e cuando me quit'e la mochila y la guitarra de la espalda.

?Qu'e hacer ahora? Ya hab'ia dado el primer paso, mi mente era un hervidero, me recomend'e relax y comenc'e a crear variantes de supervivencia. Por el prestigio y el honor de Silvio no pod'ia de manera alguna ponerme a cantar en plena calle o en el parque para ganarme la vida. Si se me hubiera ocurrido hacerlo, poniendo delante de m'i la gorra para que me arrojaran monedas, al otro d'ia hubiese salido en la prensa.

Поделиться:
Популярные книги

Завод 2: назад в СССР

Гуров Валерий Александрович
2. Завод
Фантастика:
попаданцы
альтернативная история
фэнтези
5.00
рейтинг книги
Завод 2: назад в СССР

Аномальный наследник. Том 1 и Том 2

Тарс Элиан
1. Аномальный наследник
Фантастика:
боевая фантастика
альтернативная история
8.50
рейтинг книги
Аномальный наследник. Том 1 и Том 2

Громовая поступь. Трилогия

Мазуров Дмитрий
Громовая поступь
Фантастика:
фэнтези
рпг
4.50
рейтинг книги
Громовая поступь. Трилогия

История "не"мощной графини

Зимина Юлия
1. Истории неунывающих попаданок
Фантастика:
попаданцы
фэнтези
5.00
рейтинг книги
История немощной графини

Штуцер и тесак

Дроздов Анатолий Федорович
1. Штуцер и тесак
Фантастика:
боевая фантастика
альтернативная история
8.78
рейтинг книги
Штуцер и тесак

Камень. Книга 3

Минин Станислав
3. Камень
Фантастика:
фэнтези
боевая фантастика
8.58
рейтинг книги
Камень. Книга 3

Этот мир не выдержит меня. Том 4

Майнер Максим
Первый простолюдин в Академии
Фантастика:
фэнтези
попаданцы
аниме
5.00
рейтинг книги
Этот мир не выдержит меня. Том 4

Белые погоны

Лисина Александра
3. Гибрид
Фантастика:
фэнтези
попаданцы
технофэнтези
аниме
5.00
рейтинг книги
Белые погоны

Мастер Разума IV

Кронос Александр
4. Мастер Разума
Фантастика:
боевая фантастика
попаданцы
аниме
5.00
рейтинг книги
Мастер Разума IV

Плохой парень, Купидон и я

Уильямс Хасти
Любовные романы:
современные любовные романы
5.00
рейтинг книги
Плохой парень, Купидон и я

Газлайтер. Том 1

Володин Григорий
1. История Телепата
Фантастика:
попаданцы
альтернативная история
аниме
5.00
рейтинг книги
Газлайтер. Том 1

Три `Д` для миллиардера. Свадебный салон

Тоцка Тала
Любовные романы:
современные любовные романы
короткие любовные романы
7.14
рейтинг книги
Три `Д` для миллиардера. Свадебный салон

Новый Рал 5

Северный Лис
5. Рал!
Фантастика:
попаданцы
5.00
рейтинг книги
Новый Рал 5

Печать пожирателя 2

Соломенный Илья
2. Пожиратель
Фантастика:
городское фэнтези
попаданцы
аниме
сказочная фантастика
5.00
рейтинг книги
Печать пожирателя 2