90 millas hasta el parai?so
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El abuelo avis'o a Magda acerca de la visita de un mago–relajador. Debido a eso, se prepar'o minuciosamente, literalmente dicho, se lav'o con fragancias. El abuelo era tan delicado que previamente comunic'o sobre su intenci'on de ir a una excursi'on a La Habana nocturna. Eso significaba que ella se quedar'ia con el mago Guillermo t^ete-`a-t^ete. ?Quer'ia ella aprovechar la situaci'on? Naturalmente…
Antes de que llevara al cubano a la cama, Magda le quit'o al hu'esped, enmudecido y tomado por sorpresa, el sombrero de paja, de donde comenzaron a caer ciertas prendas, entre estas, el agua de Colonia y el portamonedas del abuelo. Y la videoc'amara… “El macho” la pudo coger al vuelo y cuidadosamente la volvi'o a colocar en el puf con las palabras:
– Bitte, danke sch"on. Hard life und I am sorry… Das ist total en mobilizationen 4 A lo que Magda le contest'o:
– “!Cuba libre! !Hasta la victoria siempre!”, dej'o a L'azaro en calcetines, de paso se quit'o la ropa interior, y como por encanto, por la iron'ia del destino, la tir'o directamente en el cilindro del sombrero.
Una vez desnuda completamente la alemana, L'azaro concibi'o que el ser, que apareci'o de repente del cuarto de ba~no, era del g'enero femenino. En primer lugar. En segundo lugar, no ten'ia la intenci'on de armar un esc'andalo por su incursi'on delictiva. Tercero, es que lo quer'ia claramente…
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Algunas palabras tontas en alem'an e ingl'es
De parte del muchacho no hab'ia ni deseo siquiera, pero el miedo a veces hace maravillas…
Acabado el asunto, se visti'o apresuradamente, se cubri'o la cabeza con el sombrero y se precipit'o por el pasillo a la escalera, maldiciendo al c'omplice de Julio C'esar y a la ninfa pecosa, tan 'avida al amor.
No pas'o un minuto siquiera y, ante la extendida y desnuda, llena de gozo y placer, Magda von Trippe, se present'o en las puertas abiertas el verdadero Guillermo. Se puso a cumplir de manera imperturbable sus compromisos pagados, lo que de ninguna manera desalent'o a Magda. Todo lo contrario, la oblig'o a creer en la existencia del para'iso en la Tierra y la convenci'o de que este se extend'ia en el territorio de la Isla de la Libertad.
Guillermo qued'o contento de s'i mismo y del cond'on ahorrado…
El abuelo volvi'o tarde, cuando los dos pseudomasajistas ya hab'ian hecho los servicios a la nieta. La puerta abierta con una ganz'ua le hizo originar malas ideas y pensamientos, los cuales los comparti'o con su ni~na. Solamente ahora Magda pudo recordar la extra~neza en la conducta del primer “masajista”. Le narr'o al abuelo sobre su torpe intento de robar la videoc'amara y, habiendo examinado sus prendas, declar'o sobre la desaparici'on de un brazalete de oro, el regalo de sus padres con motivo de la mayor'ia de edad.
– ?Qu'e apariencia ten'ia este joven? – Miljelen pregunt'o severamente.
– Magn'ifica… – respondi'o Magda, y se puso a gimotear como una ni~na.
El abuelo escupi'o con rabia en el piso y, habiendo descolgado el tel'efono, pidi'o al guardia en la recepci'on que llamara a la polic'ia para declarar el hecho de un robo con allanamiento.
Los inspectores de polic'ia, acompa~nados de los funcionarios del servicio de seguridad del hotel y un traductor, llegaron al cabo de treinta minutos. Ni hablar de operatividad en el caso citado.
Las declaraciones de Magda eran confusas y disparatadas. En estas no hab'ia l'ogica alguna. Ella reaccionaba de una manera no adecuada a las preguntas est'andares de los investigadores, como si leyera en ellas un subtexto no expl'icito sexual. Miljelen Calan, contemplando tal actitud de la nieta, estaba dispuesto a cambiar su opini'on negativa respecto a las lesbianas desde el 'ultimo tiempo, rechazar al dios Od'in a favor del cristianismo tradicional y quemar todos los libros de Freud, salvo aquellas diez p'aginas que hab'ia le'ido con tanta dificultad. Por fin, le lleg'o el turno y el alem'an cabece'o de manera positiva, cuando le preguntaron si ten'ia algunas sospechas.
– Un barman con demasiado ah'inco intentaba detenerme hablando por hablar. Su nombre… Parece que se llamaba Julio… Julio C'esar. !Precisamente as'i! – Miljelen tom'o la iniciativa de la investigaci'on en sus manos – 'El se irritaba artificiosamente cuando yo intentaba apartarme de la barra, se ofend'ia por la falta de atenci'on a su palabrer'ia. Y a'un m'as, el barman hablaba mal de Fidel Castro y ped'ia con insistencia propina.
La suerte de Julio C'esar estaba echada…
* * *
El bot'in de L'azaro constaba de un brazalete de oro y una ropa interior de color turquesa – una lencer'ia con bordadura de encaje. Ven'ia volando en su “Lada”, viejita, sexto modelo a la cita con Elizabeth , camarera-vanguardista del hotel “Para'iso-Punta Arenas”, una fe'ucha de veinte y seis a~nos, que sufr'ia por la falta de atenci'on de su ex marido.
C'ardenas es un peque~no pueblito. Dec'ian que Juan Miguel se busc'o una amante mucho antes de haberse divorciado de Elizabeth. !Se separaron y todo! ?Para qu'e compartir un techo? La mujer dijo que 'el nunca la quer'ia, simplemente se compadec'ia de ella. Siempre sent'ia el complejo de inferioridad de su misericordia. Hasta reconoci'o que 'el, L'azaro, le regal'o la felicidad… Elizabeth realmente por primera vez sinti'o lo que era una pasi'on, sentir que era deseada, sentir ser una mujer, de la cual no se compadecen, sino que la quieren sinceramente…
L'azaro deseaba 'unicamente solo una cosa – lo m'as r'apido posible conocer a los familiares de Elizabeth, que estaban residiendo en Miami. El t'io de Eliz, su tocayo L'azaro le ayudar'ia en los primeros d'ias de estancia all'i, luego 'el solo se las arreglar'ia. La meta estrat'egica que era hacerse millonario, ya no parec'ia ser una quimera.
En lo que se refiere a Eliz, dicho sea de paso, su cuerpo no era tan malo. Cabe decir, L'azaro dispon'ia de un pelot'on entero de chicas como ella. Pero precisamente ahora Eliz lo excitaba mucho m'as que todas ellas juntas. En ese aspecto, L'azaro se asemejaba ser una ramera, la que goza del orgasmo viendo solamente los grifos de oro en el jacuzzi.
En opini'on de L'azaro, el apego a su ex marido Juan Miguel y al hijo Eli'an llegaba al absurdo. En sus proyectos a Elizabeth se le destinaba el punto clave, y 'el, como una persona con instinto hipertrofiado de propietario, aguantaba a duras penas tal bifurcaci'on. Sin embargo, 'el estaba m'as que seguro de que quedaba poco tiempo para compartir a Elizabeth con su ex familia. !Lo viejo ser'a destruido para satisfacer lo nuevo!
El ladroncillo no pod'ia concebir que el pasado estuviera formando el futuro, y a menudo lo estaba conduciendo. Los individuos de tipo aventurero menosprecian sus viejos pecados, no desean analizar sus err'oneos modos de actuar. Creen que, al enajenarse del pasado, llegar'an m'as r'apido a la meta. Cu'al es su sorpresa cuando al final del trayecto se encuentran con el pasado, esta inesperada cita conlleva habitualmente a resultados infortunados.